No
fuimos ni tu ni yo, fue ella. Ella te convenció de girar por la izquierda esa
noche de enero, ella quiso adornar el momento con lluvia fría, ella quiso que
me rozaras la mano y que nos giráramos
tímidamente para que nuestros ojos se conocieran. Ella encendió la cerilla y
prendió fuego dentro de mi. No te culpes, fue imperfecto, noches interminables,
canciones mágicas y palabras inventadas, mariposas revoltosas y lágrimas
violentas. Amor, te digo hoy, que nada acaba todo queda guardado donde durante
tanto tiempo ocupaste una gran parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario