domingo, 5 de enero de 2014

Por abusar de indiferencia olvidamos quienes somos. Y después de que mi conciencia se tomara vacaciones y se convirtiera en una trotamundos, me da por reflexionar. Dejarse llevar suena demasiado bien, o eso dice Vetusta. Dejarse llevar es un camino sencillo no apto para mentes críticas. Mentes encendidas, activas durante el día y en alerta durante la vigilia, cualquier detalle puede ser el motivo de una nueva ilusión. Este tipo de mentes solo se sacian con dosis brutas de emociones, lejos de banalidades.Han pasado tres meses y la balanza es positiva. Lo que más rabia me da es no echar de menos, no llorar por aquello que se fue, a lo mejor no fue tan bueno, a lo mejor estuvimos jugando a la gallinita ciega durante años.Teniendo el don de la sensibilidad es un delito reprimirlo y reducirlo a moldes ya establecidos que no te dejan rozar los límites. Porque quién puede y es consciente de su capacidad de ser objetivo y amar las cosas, es digno de ser admirado. Cuando admitas que eres dichoso entre los mortales la luna te aplaudirá con destellos.“Poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto”.